CEn un mundo saturado de dietas de moda, conteo de calorías y reglas estrictas sobre qué comer y qué no, la alimentación consciente (o mindful eating) se presenta como una alternativa refrescante y duradera. No es una dieta, sino una filosofía de vida que te invita a sanar tu relación con la comida, reconectando con las señales de hambre y saciedad que tu cuerpo te envía de manera natural. Se trata de comer con todos tus sentidos, prestando atención al acto de alimentarte, en lugar de hacerlo de manera automática y distraída, como solemos hacer hoy en día mientras revisamos el teléfono o vemos la televisión.

¿Qué significa alimentación consciente?

Es la práctica de prestar atención a la experiencia de comer, sin distracciones, notando los colores, texturas, olores y sabores de la comida. Va más allá de lo que comes, centrándose en el cómo y el porqué. Se trata de reconocer las señales de hambre y saciedad de tu cuerpo, y de tomar decisiones nutricionales basadas en ellas, en lugar de en emociones o hábitos.



Beneficios 

  • Mejora la digestión: Al masticar más lentamente y prestar atención, ayudas a tu cuerpo a procesar mejor los alimentos.
  • Control de peso: Te ayuda a reconocer la saciedad, evitando comer en exceso.
  • Mayor disfrute: Disfrutar cada bocado transforma la comida en una experiencia sensorial y no solo en una necesidad.
  • Reducción del estrés: Comer conscientemente se convierte en un acto de autocuidado, calmando la mente.

Cómo practicar la alimentación consciente

Para comenzar, elige una comida al día para practicar. Siéntate sin distracciones y tómate un momento antes de empezar a comer para simplemente observar tu plato. Haz un bocado pequeño, mastica lentamente y percibe cada sabor. Pregúntate: “¿Cómo se siente mi cuerpo en este momento? ¿Estoy realmente hambriento? ¿Qué sabores y texturas estoy experimentando?”. Con el tiempo, esta práctica se convertirá en un hábito que transformará tu manera de nutrirte y de vivir.



  1. Elimina distracciones: Apaga la televisión, guarda el celular y concéntrate solo en tu comida.
  2. Come despacio: Mastica cada bocado lentamente. Intenta dejar los cubiertos entre bocado y bocado.
  3. Involucra tus sentidos: Observa el color de tus alimentos, huele sus aromas y siente sus texturas en la boca.
  4. Escucha a tu cuerpo: Pregúntate si realmente tienes hambre antes de comer y detente cuando te sientas satisfecho, no cuando el plato esté vacío.

 

 





Comunicóloga por la UNAM. Redactora de temas de bienestar general. Apasionada del mundo digital, soy geek, metalera, petfriendly. Fan de las pelis de terror y el anime. Una de mis frases favorita es: "Yo solo sé que no sé nada” de Sócrates. MÁS DEL AUTHOR

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