Investigadores de la Clínica Mayo, Estados Unidos, desarrollaron una nueva herramienta que permite estimar el riesgo que tiene una persona de desarrollar problemas de memoria y pensamiento asociados con el Alzheimer años antes de que aparezcan los síntomas.
La investigación fue publicada en The Lancet Neurology y está basada en décadas de datos del Estudio de Envejecimiento de la clínica, uno de los estudios poblacionales más completos del mundo sobre la salud cerebral.
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El estudio reveló que son las mujeres quienes tienen un mayor riesgo que los hombres de desarrollar demencia y deterioro cognitivo leve (DCL), una etapa de transición entre el envejecimiento saludable y la demencia que suele afectar la calidad de vida, pero que aún permite a las personas vivir de forma independiente.
Los hombres y mujeres con la variante genética común APOE e4 también presentan un mayor riesgo a lo largo de su vida.
Clifford Jack, neurólogo y autor principal del estudio, señala que lo emocionante es que están analizando incluso antes (antes de que comiencen los síntomas), para ver si pueden predecir quién podría tener un mayor riesgo de desarrollar problemas cognitivos en el futuro.
El nuevo modelo predictivo combinó varios factores como la edad, sexo, riesgo genético asociado al genotipo APOE y los niveles de amiloide cerebral detectados mediante tomografía por emisión de positrones (TEP).
Con estos datos, los investigadores pueden calcular la probabilidad de que una persona desarrolle deterioro cognitivo leve o demencia en un plazo de diez años a lo largo de su vida.
De todos los predictores evaluados, los niveles de amiloide cerebral detectados mediante TEP fueron el factor con mayor influencia en el riesgo de desarrollar DCL y demencia a lo largo de la vida.

Al respecto, Ronald Petersen, neurólogo y director del Estudio de Envejecimiento de la Clínica Mayo (además coautor del estudio), declaró que este tipo de estimación de riesgo podría, eventualmente, ayudar a las personas y sus médicos a decidir cuándo comenzar la terapia o realizar cambios en el estilo de vida que puedan retrasar la aparición de los síntomas.
El análisis del estudio incluyó datos de 5,858 pacientes. Y a diferencia de la mayoría de los estudios, los investigadores de Mayo pueden continuar el seguimiento de los participantes, incluso después de que dejan de participar activamente, utilizando datos de sus historiales médicos, lo que garantiza una información completa sobre quién desarrolla deterioro cognitivo o demencia.
La investigación resalta la importancia del deterioro cognitivo leve que es la etapa a la que se dirigen los fármacos actuales contra el Alzheimer, que ralentizan, pero no detienen su progresión.
Y aunque la nueva herramienta es, actualmente, un instrumento de investigación, representa un gran avance hacia una atención más personalizada; mientras que las versiones futuras podrían incorporar biomarcadores sanguíneos, lo que facilitará el acceso a las pruebas.
Buenas noticias en torno al tratamiento contra el Alzheimer
El Alzheimer se caracteriza por dos proteínas clave en el cerebro, el amiloide (que forma placas) y la proteína tau (que forma ovillos neurofibrilares). Ante eso, los fármacos recientemente aprobados por la Administración de Alimentos y Medicamentos (la FDA) estadounidense eliminan el amiloide del cerebro y pueden ralentizar la progresión de la enfermedad en personas con DCL o demencia leve.



