CERRAR
Selecciones Reader's Digest
  • ¿Lo Sabías?
  • Salud
  • Familia
  • Tips
  • CBD
  • Recetas
  • Mascotas
  • Belleza
  • Tendencias
  • Eventos
    • Supermamás2025
    • Marcas de Confianza 2025
    • Foro Salud 2025
  • Edición Impresa
  • El origen de la tradición más navideña
  • Shop

  • Suscripciones
  • Contacto

  • Legales
  • Política de privacidad
  • Términos y Condiciones
© D.R. 2025 READER'S DIGEST MÉXICO.
CERRAR

ÚLTIMOS ARTÍCULOS

Selecciones
¿Lo Sabías?

  • Conoce los síntomas de deshidratación: También la boca seca
  • Selecciones
    Hace 22 minutos
    Selecciones
    ¿Lo Sabías?

    tos diarios como claves para tomar agua. Por ejemplo

    Selecciones
    Hace 22 minutos
    Selecciones
    ¿Lo Sabías?

    Breve guía para una vida sin dolor: Parte 2

    Selecciones
    Hace 23 minutos
    Selecciones
    Guía de bienestar

    ¿Y si el Parkinson no estuviera en los genes, sino en el agua que bebemos?

    Abril Garcia
    Hace 5 horas
    +52 55 5351 2416
    •  Eventos
      •  Supermamás 2025
      •  Marcas de confianza 2025
      •  Foro salud 2025
    •  Suscripciones
    •  Contacto
    MENÚ
    Selecciones Reader's DigestSelecciones Reader's Digest
    BUSCAR
    • ¿Lo Sabías?
    • Salud
    • Familia
    • Tips
    • CBD
    • Recetas
    • Mascotas
    • Belleza
    • Tendencias
    • Eventos
      • Supermamás2025
      • Marcas de Confianza 2025
      • Foro Salud 2025
    • Edición Impresa
    • El origen de la tradición más navideña
    • Shop
    ¿Lo Sabías?

    El corazón de Arabia

    Selecciones
    SEPTIEMBRE 19 , 2016

    Las antiguas tradiciones de los nómadas del desierto siguen vivas en el boyante Abu Dabi. No se imaginan cuántas noches recuerdo —dice con voz ronca, como si tuviera arena en la garganta, Jamis al Fendi, patriarca…


    COMPARTIR
    RELACIONADO
    <li><strong><span style=""color: #008000;"">Conoce los síntomas de deshidratación:</span></strong> También la boca seca
    ¿Lo Sabías?

    <li><strong><span style=""color: #008000;"">Conoce los síntomas de deshidratación:</span></strong> También la boca seca

    Selecciones
    Hace 22 minutos
    Arabia
    Arabia

    Las antiguas tradiciones de los n&oacute;madas del desierto siguen vivas en el boyante Abu Dabi.

    No se imaginan&nbsp;cuántas noches recuerdo —dice con voz ronca, como si tuviera arena en la garganta, Jamis al Fendi, patriarca del clan Al Mazruei.



    Está sentado en una silla; los demás lo escuchamos reclinados en alfombras sobre un mar de arena de Arabia. La luna está grande, radiante y casi llena.

    —Beba —me dice uno de sus hijos dándome un taz&oacute;n de acero inoxidable con leche de camella tibia, espesa y espumosa—. &iexcl;Se pondrá fuerte!

    Al Fendi y su caravana vuelven tras haber pasado tres meses en Arabia Saud&iacute; apacentando sus camellos. Nos damos un fest&iacute;n de arroz y carnero reci&eacute;n sacrificado, que tomamos de una fuente con los dedos. Algunos hombres, vestidos con las tradicionales dishdashas (t&uacute;nicas de manga larga) y gutras (tocados ce&ntilde;idos con un aro), blancas, fuman en pipa. Uno me dice:

    —Deber&iacute;a venir en invierno: hace fr&iacute;o y se necesita el fuego.

    —En invierno siempre ten&iacute;amos hambre y fr&iacute;o —recuerda Al Fendi—. Luego lleg&oacute; la industria petrolera.

    &nbsp;

    De adolescente&nbsp;le&iacute; Arenas de Arabia, el relato de Wilfred Thesiger de su viaje, en los a&ntilde;os 40, por el desierto de Rub al Jali, o Cuarto Vac&iacute;o [as&iacute; llamado porque cubre cerca de la cuarta parte de la pen&iacute;nsula Arábiga]. Su escueta cr&oacute;nica y sus fotos en blanco y negro me sedujeron al mostrar lo dif&iacute;cil, austero y noble de la vida de los beduinos, cuyo depurado c&oacute;digo moral naci&oacute; de sobrevivir en uno de los ambientes más rigurosos de la Tierra. “Lo mejor de los árabes&rdquo;, escribi&oacute; Thesiger, “les viene del desierto&rdquo;.

    D&eacute;cadas despu&eacute;s me pregunt&eacute; en qu&eacute; lugar podr&iacute;a encontrar beduinos aut&eacute;nticos. Los pa&iacute;ses árabes donde se hab&iacute;a hallado petr&oacute;leo eran ricos y modernos. En muchas naciones árabes, como Egipto, Siria, Yemen y Sudán, hab&iacute;a descontento pol&iacute;tico. Entonces supe de Abu Dabi.

    Este emirato, el mayor de los siete que forman los Emiratos Árabes Unidos (EAU), limitado por Arabia Saud&iacute;, Omán y el estrat&eacute;gico golfo P&eacute;rsico, posee casi el 10 por ciento de las reservas de petr&oacute;leo conocidas del mundo. En la capital, tambi&eacute;n llamada Abu Dabi, las gr&uacute;as de construcci&oacute;n puntean el cielo sin nubes, y abundan los Porsche y los Cadillac. En la flamante plaza comercial Marina Mall, emirat&iacute;es de t&uacute;nica toman caramel macchiato de Starbucks y compran televisores planos de 60 pulgadas. La sola idea de un emirat&iacute; n&oacute;mada que cuide camellos en el desierto parece hoy absurda.

    Aun as&iacute;, la pol&iacute;tica oficial de los EAU recuerda la directriz del finado jeque Zayed bin Sultán al Nahayan de fundir lo antiguo y lo moderno para conservar la cultura beduina mientras el pa&iacute;s explota su fabulosa riqueza.

    Al ver a Jamis al Fendi descalzo, sentado bajo las estrellas, apenas concibo que sea tan rico. Su caravana incluye una cocina rodante, camiones cisterna de agua y gasolina, muchos todoterrenos y 160 camellos negros
    —raza originaria de Arabia Saud&iacute;, muy apreciada por su belleza—, que valen millones de d&oacute;lares.



    Los abudab&iacute;es son cada vez más cultos, ricos y cosmopolitas, pero en el fondo subsiste la cultura n&oacute;mada del desierto&hellip; y yo quiero verla.

    &nbsp;

    Un amigo de un amigo m&iacute;o me presenta a Salem al Mazruei, director de operaciones y log&iacute;stica de la Oficina de Turismo y Cultura de Abu Dabi. Hombre treinta&ntilde;ero de barba, vivi&oacute; en Estados Unidos y habla ingl&eacute;s con acento de ese pa&iacute;s. Le digo que quiero ver beduinos verdaderos.

    —Todos lo somos —responde—. Yo, de ni&ntilde;o, viv&iacute;a en una tienda.

    Por la tarde, al recibir la noticia de que Al Fendi se acerca, enfilamos en el todoterreno de Salem hacia el desierto occidental. No s&eacute; c&oacute;mo da con la caravana: las dunas parecen iguales en todas direcciones.

    Cuando llegamos, siento que vuelvo al pasado. Las mujeres están en otra parte. Lo que abunda es la conversaci&oacute;n, dondequiera que vamos. As&iacute; me entero de que ni el padre ni el abuelo de Salem, ambos directores de grandes empresas, saben leer.

    Ellos nacieron en otro mundo. Hasta los a&ntilde;os 50, Abu Dabi no fue más que un pueblo costero de cazadores de perlas, pescadores y tribus en guerra que recorr&iacute;an desiertos y oasis. El jeque Zayed consolid&oacute; poco a poco su poder, y despu&eacute;s se supo del petr&oacute;leo. El abuelo de Salem ide&oacute; una manera de trasladar plataformas petroleras sin desarmarlas, y &eacute;l tambi&eacute;n se hizo rico de un d&iacute;a a otro. De ni&ntilde;o, Salem viv&iacute;a en casa de sus abuelos durante el t&oacute;rrido verano, y en una tienda de septiembre a abril.

    Tomamos más caf&eacute;, t&eacute; y dátiles en las dunas. A esto sigue la cena: carne en una cama de arroz, y yogur en envases de plástico. Luego viene la hora de la oraci&oacute;n. Los hombres se arrodillan muy juntos, pegan la frente a la arena a&uacute;n tibia y dan gracias a Dios por permitirles vivir un d&iacute;a más en ese entorno hostil. Veo entonces el hondo v&iacute;nculo entre la fe y el paisaje.

    &nbsp;

    Paso la noche&nbsp;siguiente en el Tilal Liwa, un hotel de cuatro estrellas en el desierto. Hay dunas hasta donde alcanza la vista. Al amanecer voy a las carreras de camellos en Madinat Zayed, el pueblo natal de Salem. En los cercados hay cientos de camellos de lustroso pelo leonado, provistos de bridas para carreras y montados por jinetes rob&oacute;ticos de 60 cent&iacute;metros de altura que empu&ntilde;an fustas y son controlados a distancia.

    En nada se parecen a las carreras de caballos. No hay gradas, se proh&iacute;ben las apuestas y el alcohol, y la pista ovalada mide unos 14 kil&oacute;metros. Además, es dif&iacute;cil saber lo que pasa. Entre los due&ntilde;os encuentro a un angloparlante, Jamis, quien explica que los camellos compiten por edades. Los camelleros los alinean tras una red; al alzarse &eacute;sta los sueltan, y los animales salen de estampida.

    &nbsp;



    Abu Dabi Arabia desierto el corazón de Arabia emiratí
    WhatsappRecibe Noticias en WhatsApp
    TelegramRecibe Noticias en Telegram
    Síguenos en Google NewsGoogle News


    Selecciones

    Selecciones

    MÁS DEL AUTOR

    Relacionado

    <li><strong><span style=""color: #008000;"">Conoce los síntomas de deshidratación:</span></strong> También la boca seca
    ¿Lo Sabías?

    <li><strong><span style=""color: #008000;"">Conoce los síntomas de deshidratación:</span></strong> También la boca seca

    Selecciones
    Hace 22 minutos
    tos diarios como claves para tomar agua. Por ejemplo
    ¿Lo Sabías?

    tos diarios como claves para tomar agua. Por ejemplo

    Selecciones
    Hace 22 minutos
    Breve guía para una vida sin dolor: Parte 2
    ¿Lo Sabías?

    Breve guía para una vida sin dolor: Parte 2

    Selecciones
    Hace 23 minutos
    Selecciones Reader's Digest
    © D.R. 2025 READER'S DIGEST MÉXICO.
    • Legales
    • Política de privacidad
    • Términos y Condiciones
    SÍGANOS
    Las palabras 'Selecciones', 'Selecciones Reader's Digest' y 'Reader's Digest' son marcas registradas.
    Design byRombhus