Aquí te enseñamos qué estilo funciona mejor y cuánto peso es saludable.
Primera opción
Una mochila con asas acolchonadas y un cinturón a la cadera es preferible, “porque el peso se distribuye principalmente en las caderas”, explica Growse, quien reconoce que una mochila no es para todos ni para todos los días.
Segunda opción
“Obviamente, quieres escoger algo que sea apropiado para tu trabajo”. Entonces, en segundo lugar, ¿qué es lo más recomendable para tu cuerpo? Un bolso cruzado con asas acolchonadas (cualquier bolso con una asa larga o ajustable que te permita usarlo cruzado, a través de tu cuerpo).
Este tipo de bolsos son buenos porque son “estables y seguros, y dejan tus manos y brazos libres”.
Tercera opción
El bolso al hombro con un asa ancha (o con dos asas “enrolladas”).
Cómo cargarlo
Cargar el bolso doblando el brazo puede ser un look popular, pero es “mecánicamente pobre”, explica Growse. “Estás estrujando tu hombro, provocando una compresión entre tu cuello y tu hombro”.
Si cargas tu bolso en un hombro, alterna entre ambos lados, izquierdo y derecho: cuando vayas a trabajar en la mañana, utilízalo de un lado; cuando regreses a casa, úsalo del otro lado.
“Si tienes más peso de un lado”, agrega Growe, “con el tiempo tus músculos se alargan, y esto puede provocar problemas en el cuello, hombros, brazos y muñecas –y empezarás a compensarlo adoptando una postura más redonda”.
Los mejores materiales
El nylon o la lona son mejores que la piel porque es más ligera, “pero sí escoges piel, lo más importante es mantener el peso cerca de tu cuerpo”.
El peso adecuado
El peso de una mochila cuando esté cargada no debe ser más del 15% de tu peso. Así, para una mujer que pesa 63 kilos, 9 kilos será el máximo. Un bolso de mano debe contener de 5 a 8% de tu peso (de 3 a 5 kilos para una mujer de 63 kilos).
Y no necesitas de mucho para cubrir el peso ideal: “un estuche de piel para laptop pesa de 3 a 5 kilos sin la laptop”.
¿Qué tipo de bolsos usas? ¿Tomas en cuenta el peso y tu cuerpo al momento de elegir uno?
