Determinar el mejor horario para comer es clave para mantener un metabolismo activo y evitar el aumento de peso. Expertos en nutrición coinciden en que no solo importa qué alimentos consumimos, sino también cuándo los ingerimos. La distribución de las comidas a lo largo del día puede influir directamente en cómo nuestro cuerpo procesa la energía y almacena grasa.
Los nutricionistas recomiendan estructurar las comidas principales de manera estratégica. Desayunar temprano, idealmente dentro de la primera hora después de despertar, ayuda a activar el metabolismo y mejora el rendimiento cognitivo y físico. Saltarse el desayuno puede provocar antojos y una mayor ingesta de calorías en la tarde. Por eso, incluir proteínas, fibra y carbohidratos complejos desde temprano optimiza la energía y controla el apetito.

El mejor horario para comer y no engordar

 



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Almuerzo y cena según el reloj biológico

El almuerzo debe situarse aproximadamente entre las 13:00 y 14:00 horas, momento en el que el cuerpo aprovecha mejor los nutrientes y mantiene estable la glucosa. Consumir comidas abundantes más tarde puede generar acumulación de grasa y fatiga. 

En cuanto a la cena, los expertos sugieren ingerir alimentos ligeros entre las 19:00 y 20:00 horas, dejando al menos dos horas antes de dormir. Esto permite que la digestión se complete y evita alteraciones en el sueño o picos de glucosa nocturnos.

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Snacks estratégicos y hábitos saludables

Si se requiere un refrigerio, el mejor horario para comer snacks es entre la media mañana y la media tarde. Optar por frutas, nueces o yogur mantiene la saciedad y previene el consumo de ultraprocesados. 

Además, mantener horarios regulares de comida ayuda a sincronizar el ritmo circadiano, lo que favorece la quema de calorías y reduce la sensación de hambre intensa.

Snacks estratégicos y hábitos saludables

 

Consejos prácticos

  • Evita cenas copiosas después de las 21:00 horas.
  • Hidrátate adecuadamente a lo largo del día.
  • Distribuye la ingesta calórica en 4-5 momentos diarios.
  • Prioriza alimentos ricos en fibra y proteínas.
  • Limita el consumo de azúcar y ultraprocesados.
  • Mantén horarios de comida consistentes todos los días.
  • Realiza actividad física moderada después del desayuno o almuerzo.
  • Controla las porciones para evitar exceso de calorías.
  • Incluye frutas y verduras en cada comida.
  • Evita comer frente a pantallas para concentrarte en la saciedad.

Organizar las comidas según el mejor horario para comer no solo controla el peso, también mejora la digestión, la energía diaria y la calidad del sueño. Ajustar hábitos diarios es un paso sencillo para cuidar la salud de manera integral.





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