La contaminación extrema en Lahore afecta a millones de personas, llevando al cierre de escuelas y a medidas de restricción. ¿Qué está haciendo el gobierno?
Lahore, capital de la provincia de Punjab en Pakistán, enfrenta una crisis de contaminación sin precedentes. La ciudad se ha convertido en las más contaminada del mundo, donde una de cada dos personas tose o sufre de dolor de garganta debido a la toxicidad del aire. La calidad del aire es tan peligrosa que ha obligado al gobierno a implementar medidas drásticas para proteger a la población.
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Cada día, miles de personas en Lahore experimentan molestias respiratorias y problemas de salud debido al esmog que cubre la ciudad. Ahsan Qureshi, residente local, describe la situación: “Al salir a la calle, se ve a la gente tosiendo o con picores en la garganta, lo que no ocurre en otros meses del año”. La contaminación ha saturado los hospitales, que reciben a cientos de pacientes con enfermedades respiratorias exacerbadas por el esmog. Según Maqbool Malik, portavoz del Ministerio de Sanidad de Punjab, “No sabemos el número exacto de afectados, ya que muchos pacientes ya padecían problemas respiratorios previos”.
De acuerdo con IQAir, un grupo suizo especializado en la medición de la calidad del aire, los niveles de contaminación en Lahore han alcanzado índices de Calidad del Aire (ICA) superiores a 1000, cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera peligrosos los niveles por encima de 300. La calidad del aire en Lahore se ha deteriorado a niveles que suponen un riesgo extremo para la salud pública.
El gobierno provincial ha implementado una serie de medidas urgentes para intentar mitigar el impacto de la contaminación:
El problema, según el científico de la NASA Pawan Gupta, es que los niveles de contaminación en la ciudad “normalmente alcanzan su punto máximo a finales de noviembre y diciembre”.
“Esto es solo el comienzo. Probablemente los días más graves de contaminación estén aún por llegar”, advirtió.
El humo que envuelve a Lahore, en la provincia de Punjab, Pakistán, es visible desde el espacio, al igual que parte de su origen. Imágenes satelitales de la agencia espacial estadounidense NASA muestran tanto la densa capa de esmog como múltiples focos de incendios en la región entre Delhi, en la India, y Lahore, en Pakistán.
En contraste, una imagen capturada seis semanas antes muestra cielos despejados y, significativamente, muchos menos incendios.
Una de las principales causas del esmog son los incendios provocados por los agricultores de Pakistán e India al quemar rastrojos después de la cosecha, una forma rápida de limpiar sus campos para el próximo ciclo agrícola.
Para los habitantes de Lahore, la contaminación extrema está afectando incluso su vida cotidiana. Martha Lal, de 77 años, menciona cómo los días grises y la falta de sol han afectado su salud mental y física: “Llevamos muchos días sin ver el sol; si se ve un poco, es rojo”. Como ella, muchos en su comunidad padecen problemas de garganta y tos, y evitan salir de casa a menos que sea estrictamente necesario, temiendo que el aire empeore sus condiciones.
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La situación en Lahore no es un fenómeno aislado. Cada invierno, el sur de Asia, especialmente India y Pakistán, enfrenta niveles críticos de contaminación debido a factores estacionales y actividades humanas. Un estudio reciente de 2023 destaca que esta contaminación puede reducir la esperanza de vida en más de cinco años en la región. Esta situación alarmante requiere medidas regionales urgentes y políticas medioambientales sostenibles.
Con información de BBC y El Financiero
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