Disney ha confirmado que la cinta puede ser sensible para personas con epilepsia, migraña y enfermedades crónicas.
La buena noticias es que el regreso de la familia Parr a los cines, después de casi 15 años de larga espera, ha sido un éxito para Pixar, pero esta noticia podría ser lo malo en la historia, pues Disney se ha visto obligada a poner un aviso sobre la película dirigido a las personas que padecen epilepsia fotosensible.
Veronica Lewis, una espectadora de la película, escribió en Twitter que durante toda la película se proyectan escenas en donde existen muchas luces estroboscópicas/intermitentes que pueden causar problemas a personas con epilepsia, migrañas y enfermedades crónicas.
Lewis aclaró que su intención no era la de boicotear la cinta, sino crear conciencia sobre los riesgos que corren ciertas personas al ingresar a la sala de cine sin ninguna advertencia al respecto.
Después de que algunos usuarios comentaron, en esa misma red social, diferentes tuits sobre el tema, Disney decidió colocar un mensaje de advertencia sobre el potencial riesgo que podrían sufrir los afectados por esta enfermedad.
La epilepsia es un trastorno del sistema nervioso en el que los pacientes pueden sufrir convulsiones, como consecuencia de que sus neuronas envíen mensajes erróneos. Pueden provocar sensaciones y emociones extrañas o comportamientos raros, además de espasmos musculares violentos e incluso la pérdida del conocimiento.
La Sociedad Española de Neurología explica que la exposición a luces intermitentes en pacientes epilépticos puede desencadenar una respuesta fotoparoxística, es decir, un espasmo o una convulsión.
Este fenómeno puede darse tanto por culpa de luz natural —por ejemplo, debido a la luz solar entre árboles al ir en coche— o artificial —al contemplar videojuegos, televisión, pantallas de ordenador y luces estroboscópicas en discotecas—.
