Un grupo de físicos en Alemania acaba de romper un récord que parecía imposible: crearon el píxel luminoso más pequeño del mundo, tan diminuto que cabe cientos de veces dentro de un grano de arena. Este avance podría cambiar para siempre la forma en que vemos las pantallas, especialmente en dispositivos portátiles como los lentes inteligentes.
El hallazgo fue realizado por investigadores de la Universidad Julius-Maximilians de Würzburg (JMU), quienes desarrollaron una nueva forma de generar luz a escala nanométrica. Con ayuda de antenas ópticas y materiales orgánicos emisores de luz, lograron fabricar un píxel de apenas 300 por 300 nanómetros, es decir, mil veces más pequeño que el grosor de un cabello humano.
“Este píxel, que emite luz naranja, es tan brillante como uno convencional, pero ocupa una fracción microscópica de su tamaño”, explicó el físico Bert Hecht, uno de los líderes del estudio publicado en la revista Science Advances.
Una pantalla en un milímetro cuadrado
El potencial de esta innovación es asombroso. Un conjunto de estos nanopíxeles podría formar una pantalla con resolución Full HD (1920 x 1080) en una superficie de solo un milímetro cuadrado. Esto significa que una pantalla entera podría integrarse dentro del marco de unos lentes inteligentes, proyectando imágenes directamente sobre los cristales.
La tecnología se basa en una versión miniaturizada de los OLEDs (diodos orgánicos emisores de luz), que se utilizan actualmente en televisores y teléfonos de alta gama. Sin embargo, al reducir el tamaño a escala nanométrica, los investigadores se enfrentaron a un problema: los flujos eléctricos se concentraban en los bordes, provocando que el píxel se destruyera por cortocircuito.
Cómo resolvieron el reto
Para evitarlo, el equipo desarrolló una capa aislante especial que deja pasar la corriente solo por el centro del píxel, controlando la emisión de luz y evitando daños. Gracias a esto, los nanopíxeles pueden funcionar durante semanas sin deteriorarse, incluso bajo condiciones normales.
El siguiente paso será mejorar su eficiencia energética, que actualmente ronda el 1 %, y ampliar el espectro de color para cubrir los tonos rojo, verde y azul. Cuando eso ocurra, será posible crear pantallas ultracompactas invisibles al ojo humano, ideales para gafas, relojes inteligentes e incluso lentes de contacto.
El futuro de las pantallas invisibles
Si bien todavía faltan años para que lleguen al mercado, los expertos creen que esta tecnología “hecha en Würzburg” marcará una nueva era en la electrónica visual. Las pantallas podrían integrarse en cualquier superficie, sin cables ni paneles visibles, abriendo paso a una generación de dispositivos tan pequeños como potentes.
“Estamos ante el inicio de una revolución óptica”, afirmó Hecht. “El futuro de las pantallas será literalmente invisible”.
REFERENCIA: “Individually addressable nanoscale OLEDs” by Cheng Zhang, Björn Ewald, Leo Siebigs, Luca Steinbrecher, Maximilian Rödel, Thomas Fleischmann, Monika Emmerling, Jens Pflaum and Bert Hecht, 22 October 2025, Science Advances.