¡Ni regalados!
En las secciones de anuncios clasificados a veces aparecen ofrecimientos de artículos gratis, como los siguientes:
GRATIS: juego de piano con banco en muy buenas condiciones. Es probable que todas las teclas funcionen.
Gettysburg Area Merchandiser
Regalo cinco cajones de cocina, recubiertos con pino corriente.
Topeka Capital-Journal
Alquiler gratis a cambio de una mujer de edad avanzada.
11points.com
Enviados por James Hutchinson, Faith Adams y Annetta Boisselle, Estados Unidos
Como nuestro refrigerador nuevo resultó más alto que el viejo, le dije a mi esposa que, para que cupiera, no había otro remedio que cortar la parte que sobresalía de un gabinete de la cocina. Para no arruinar nada, decidí llamar por teléfono a un programa de radio sobre arreglos domésticos para que me asesoraran.
Estaba recibiendo las instrucciones del experto cuando mi esposa irrumpió en la cocina y dijo:
—No lo vas a creer, ¡pero hay un sujeto en el radio con un problema exactamente igual al tuyo!
Gary Bringhurst, Australia
Mi nieta estaba por graduarse de la universidad, así que le pregunté qué planes tenía para el futuro. Me contestó que no tenía ninguno, pero que de una cosa estaba segura:
—Definitivamente, no quiero sentarme en uno de esos cubículos de oficina y pasar todo el día pensando.
B. O., Estados Unidos
Cierta vez, mientras cumplía con mi deber como jurado, observé que el abogado defensor estaba un poco nervioso. En cierto momento tomó una de las pruebas y le preguntó a su cliente, que estaba en el estrado:
—Veo unas siglas en este recibo. ¿Qué significa AUTO?
—Auto —repuso aquél, sin más.
Kristi Boerner, Estados Unidos
Una noche me intoxiqué con algo que cené, y al otro día, muy temprano, me levanté para vomitar. Mi mamá envió un mensaje electrónico a mis profesores diciéndoles que iba yo a llegar tarde a clases porque tenía “náuseas matutinas”.
Gracias, mamá.
fmylife.com
Durante una clase de Pilates, nuestra esbelta instructora le ofreció disculpas a la alumna más rolliza por bloquearle la vista en el espejo.
—No se preocupe —replicó la mujer—. Alcanzo a verme a ambos lados de usted.
Amanda Barton, Reino Unido
En una ocasión en que fuimos a visitar a mi abuela a su casa, mi esposo vio en la mesa una tarjeta de cumpleaños enviada por una agencia funeraria, y comentó:
—Fueron muy amables con usted.
Pero mi abuela no se sentía halagada. En tono de queja dijo:
—Sólo me quieren por mi cuerpo.
Carmen Schmeiser, Estados Unidos
