Pasos para retrasar el alzhéimer es una frase que hoy cobra fuerza gracias a una investigación internacional que siguió durante 14 años a casi 300 personas con alzhéimer preclínico. El hallazgo es claro: la actividad física, incluso moderada, puede marcar una diferencia significativa en la progresión de esta enfermedad neurodegenerativa.

Los participantes del estudio no presentaban síntomas, pero sí acumulaciones elevadas de proteínas Tau y Beta-amiloide, asociadas al desarrollo del alzhéimer. El seguimiento demostró que quienes caminaban más de 5,000 pasos al día retrasaban el deterioro cognitivo hasta siete años, en comparación con quienes caminaban menos de 3,000 pasos diarios.



[Puede interesarte: Frases que nunca debes decir a una persona con Alzheimer (y cómo reemplazarlas)]

Estudios confirman que la inactividad física es un factor de riesgo modificable. Los adultos mayores con niveles elevados de Beta-amiloide y baja actividad física mostraron un deterioro cognitivo más acelerado. En contraste, quienes caminaban entre 3,000 y 5,000 pasos diarios retrasaban el deterioro en promedio tres años, y quienes superaban los 5,000 pasos lo hacían hasta siete años.

Este hallazgo no solo tiene implicaciones médicas, sino también sociales. En un contexto donde muchas personas mayores viven solas o con movilidad limitada, fomentar caminatas diarias puede convertirse en una herramienta accesible y poderosa para preservar la salud cerebral.



[Quizá te interese: Terapia multisensorial: cómo la ropa puede ayudar a pacientes con Alzheimer]

Los investigadores utilizaron tomografías PET para medir las proteínas cerebrales y podómetros para registrar la actividad física. Además, realizaron evaluaciones cognitivas anuales durante más de una década. El resultado fue contundente: más pasos equivalen a menor acumulación de Tau y menor deterioro cognitivo.

“Cada paso cuenta”, afirmó la neuróloga Wai-Ying Wendy Yau, quien destacó que incluso un aumento pequeño en la actividad física mejora la salud cognitiva. Este enfoque podría transformar los ensayos clínicos futuros, orientándolos hacia intervenciones basadas en el ejercicio físico como estrategia terapéutica.

En la vida cotidiana, incorporar caminatas al parque, paseos con mascotas o simplemente evitar el auto para trayectos cortos puede ser una forma sencilla de cuidar el cerebro. La ciencia respalda que moverse más es una inversión en el futuro cognitivo.

Caminar más no solo mejora el cuerpo, también protege la mente. Cada paso suma en la lucha contra el alzhéimer. Explora más contenidos útiles para tu bienestar en nuestro sitio.





Creador de contenido web actualmente trabajando para Descubre en México. Apasionado del turismo, cinéfilo de tiempo completo "y maratonista, pero de series de TV" MÁS DEL AUTHOR

RECOMENDADO

Super bannerSuper bannerSuper banner
Revistas
Revista Gúia de bienestar
SUSCRÍBETE A LA REVISTA