Tal vez creas que el trayecto al trabajo no tiene mucho que ver con tu salud, pero el estrés que lo acompaña sí puede afectarla. Aquí te explicamos por qué.
Cada vez que te enfrentas a una situación estresante, como un embotellamiento de tráfico, tu cuerpo libera hormonas del estrés, sobre todo adrenalina y cortisol (hidrocortisona).
Estas sustancias indican a determinados órganos que se preparen para entrar en acción. Por ejemplo, el hígado libera glucosa para proveer de energía a las células musculares; los pulmones se expanden y el ritmo cardiaco se acelera para enviar más sangre rica en oxígeno al resto del organismo, y los músculos intestinales se contraen.
Todas estas reacciones pueden desembocar en padecimientos relacionados con el estrés, como hipertensión arterial crónica, reflujo gastroesofágico, irritación intestinal, estreñimiento, depresión, ansiedad y cansancio.
El estrés incluso puede provocar aumento de peso. El cortisol no sólo desata el apetito, sino que, si sus niveles se mantienen altos, puede estimular a las células adiposas del interior del abdomen para que se llenen de más grasa, lo que genera un tipo de gordura llamado obesidad visceral.
Este padecimiento llega a ser una amenaza seria, pues aumenta la probabilidad de contraer diabetes o sufrir infartos.
El estrés también afecta nuestro sistema inmunitario, el cual, como la mayoría de los sistemas del organismo, está provisto de un mecanismo de regulación.
Una vez que este sistema ataca y destruye a los gérmenes invasores con potentes sustancias químicas, el cerebro libera cortisol para finalizar esa respuesta defensiva, calmar el cuerpo y llevarlo de nuevo a su estado de alerta habitual.
Sin embargo, si el cerebro libera cortisol todo el tiempo, como ocurre cuando se está bajo estrés crónico (en situaciones como el traslado al lugar de trabajo), el sistema inmunitario estará siempre inactivo, lo que aumenta el riesgo de contraer diversas enfermedades.
¿Que situaciones son las que te generan más estrés?
Tomado del libro Mejore su salud con 5 minutos al día. © 2008 Reader’s Digest México
