La celulitis se produce cuando las fibras de colágeno y elastina que sostienen la piel se debilitan o se rompen. Esto permite que la grasa subcutánea se abulte a través de la piel, provocando la aparición de hoyuelos.

La celulitis es el proceso localizado a nivel del tejido conjuntivo dérmico y subcutáneo, en el que aparecen alteraciones vasculares, hipertrofia de las células adiposas o adipocitos y una respuesta en forma de esclerosis que a la vista se traduce en la llamada “piel de naranja”. Por lo general, el problema comienza en la adolescencia, cuando hay un engrosamiento cutáneo de los glúteos y muslos. En muchos casos, este problema no aparece solo; lo hace acompañado de várices, pesadez de piernas, dolor, calambres musculares, hormigueo y frío en las extremidades inferiores.

Aunque en la celulitis influyen factores ajenos a la persona afectada, existen diversos hábitos que deben evitarse a toda costa, por ejemplo: estar mucho tiempo en posición sentada y, peor aún, con las piernas cruzadas; abusar del tabaco, el alcohol y las bebidas gaseosas; usar prendas muy ajustadas, como pantalones o fajas, así como tacones muy altos, y hacer una vida muy sedentaria.



¿Qué otros factores influyen en la aparición?

Al margen de las malas costumbres, existen factores que no se pueden manejar y que influyen notoriamente en la aparición de la celulitis, como los siguientes:

  • Genética: Es el primer factor que explica su aparición y configuración. La celulitis se instala de la cintura para abajo (ginoide) o de la cintura para arriba (androide).
  • Hormonas: Cumplen un papel fundamental en su formación. Tanto, que el 75 % tiene lugar en la pubertad, el embarazo y la menopausia. Las células grasas de las piernas y los glúteos son especialmente susceptibles a los estrógenos, que también son responsables de la retención de líquidos.
  • Mala circulación: Los vasos sanguíneos y linfáticos entorpecidos por la presión que ejercen los nódulos de grasa impiden la evacuación correcta de líquidos y toxinas que inundan el tejido.
  •  Envejecimiento prematuro: Cuando hay celulitis, el colágeno y la elastina, fibras que dan sostén y firmeza, aparecen esclerosadas, enredadas y duras alrededor de los nódulo que ellas mismas comprimen. Las pequeñas depresiones que caracterizan a la “piel de na- ranja” evidencian cómo estas fibras tiran de la piel en todas las direcciones.
  • Consumo excesivo de azúcares y grasa: Una mala alimentación aumenta el tamaño o el número de adipocitos. Su formación en nódulos comprime terminaciones nerviosas, vasos sanguíneos y linfáticos, dando lugar a un tejido con pocitos, lleno de toxinas mal evacuadas. Son más numerosos en las muje- res que en los hombres y más comunes de la cintura para abajo.

 ¿Cómo se produce la celulitis?

Para entender bien este proceso, recordemos en primer lugar que el corazón envía sangre limpia a través de las arterias. A lo largo de su trayecto, estas arterias se van afinando, hasta formar los capilares arteriales, cuyas paredes, más finas que un cabello, permiten el contacto directo con la sangre y los tejidos. Por medio de estos capilares, la sangre aporta al organismo el oxígeno y los nutrientes necesarios para subsistir.



A lo largo de su trayecto, las venas también se van afinando hasta formar los capilares venosos. Estos tienen la función de recoger los productos de desecho y conducirlos hacia los órganos encargados de expulsarlos del circuito. El lugar donde capilares venosos y arteriales intercambian sus componentes (oxígeno y nutrientes por desechos y toxinas) es precisamente el tejido subcutáneo, conformado por células grasas o adiposas y fibroblastos, por fibras colágenas y por tejido intersticial o intercelular.

Si por alguna razón se produce un déficit de irrigación, o la cantidad de toxinas incorporadas es tan grande que supera la capacidad normal de eliminación de los capilares venosos, la precisión del sistema falla y se altera el equilibrio del tejido, dando lugar a la celulitis. La celulitis es una transformación progresiva del tejido celular subcutáneo, en el cual aparecen edemas pastosos denominados fibroedemas geloides.






Comunicóloga por la UNAM. Redactora de temas de bienestar general. Apasionada del mundo digital, soy geek, metalera, petfriendly. Fan de las pelis de terror y el anime. Una de mis frases favorita es: "Yo solo sé que no sé nada” de Sócrates. MÁS DEL AUTHOR

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