Aunque muchos lo consideran una enfermedad del pasado, el sarampión en México ha vuelto a generar preocupación. Con miles de casos confirmados y un repunte en varios estados, es fundamental conocer los aspectos menos difundidos de esta enfermedad viral.

A continuación, te presentamos 10 datos que probablemente no sabías sobre el sarampión, basados en información científica y sanitaria actual:



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Una persona con sarampión puede contagiar hasta 18 personas. Esto lo hace tres veces más contagioso que las variantes más virales del COVID-19.

Cuando alguien infectado habla o tose, el virus puede quedar suspendido en el aire por hasta 120 minutos, lo que incrementa el riesgo de contagio en espacios cerrados.

Aunque los síntomas no aparecen de inmediato, el virus se incuba durante dos semanas. El mayor riesgo de contagio ocurre cuatro días antes y después de la aparición de erupciones.

El sarampión se manifiesta con fiebre alta y manchas rojas que inician en la cabeza y se extienden al cuerpo. Estas erupciones tienen una textura elevada.

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México enfrenta un repunte con más de 5,000 casos confirmados y 23 muertes, lo que ha encendido las alertas sanitarias.

Con 111 casos por cada 100 mil habitantes, Chihuahua encabeza la lista de estados más afectados, seguido por Sonora, Michoacán y Jalisco.

México logró eliminar el sarampión en 1995, pero la importación de casos y la baja vacunación facilitaron su reaparición.

La vacuna SRP protege contra sarampión, rubéola y parotiditis. Está disponible en centros de salud públicos y es segura y eficaz.

La desinformación y los movimientos antivacunas han debilitado la cobertura inmunológica, lo que favorece la propagación del virus.

Ventilar espacios, evitar aglomeraciones y acudir al médico ante síntomas son acciones clave para frenar el brote.

La mejor forma de prevenir el sarampión es vacunarse. La vacuna triple viral (SRP) protege contra sarampión, rubéola y parotiditis, y está disponible en centros de salud públicos. Además, mantener buenos hábitos de higiene, evitar aglomeraciones y estar atentos a los síntomas puede marcar la diferencia.

En contextos cotidianos, como escuelas, parques o transporte público, es fundamental reforzar la conciencia colectiva sobre la importancia de la vacunación. La salud pública depende de la responsabilidad compartida.

El sarampión en México exige atención y acción. Con información clara y prevención efectiva, podemos frenar su avance y proteger a nuestras comunidades.





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