La simplicidad de estos hábitos de felicidad respaldados por la ciencia, y la facilidad con que se incorporan en tu vida, pueden sorprenderte.
Pensar en comprar una “experiencia”
Los estudios anteriores habían encontrado que gastar dinero en experiencias (es decir, entradas para conciertos, un viaje) aumenta la felicidad más que desembolsar bienes materiales; ahora, una nueva investigación muestra que este aumento de ánimo puede provenir simplemente al anotarlo en tu lista de cosas por hacer.
Un estudio de Cornell realizado en 2014 descubrió que las personas que simplemente se anticipan a realizar una próxima compra experiencial, como clases de alguna actividad, reportan niveles más altos de felicidad que aquellos que planean comprar, por ejemplo un nuevo dispositivo tecnológico.
Regalarle un cumplido a alguien una vez al día
Intenta escribir un correo electrónico, tweet o un texto con un cumplido; la gente que comenzó a hacer esto inmediatamente se sintió más feliz, le dijo a Oprah el autor de “Antes de la Felicidad”, Shawn Achor. Después de 21 días de hacerlo, informaron sentir niveles más profundos de apoyo social, un ingrediente crucial de la longevidad.
Siéntate menos
Investigadores australianos hallaron que las mujeres de mediana edad que se sentaban durante más de 7 horas al día tenían 47% más probabilidades de mostrar signos de depresión que las que se sentaban 4 o menos. Los que no realizaron ninguna actividad física tenían un 26% más de probabilidades de tener síntomas de depresión, 3 años más tarde que aquellos que cumplían con las pautas de ejercicio.
La investigación no puede probar que sentarse te pone triste: puede ser que las personas que son propensas a la depresión tengan más probabilidades de pasar el tiempo sentadas. Sin embargo, las personas que son más activas también pueden tener más probabilidades de participar en interacciones sociales con compañeros de trabajo o vecinos. Además, la actividad física puede liberar endorfinas que mejoran el estado de ánimo y que evitan los sentimientos tristes.
Pon un resorte en tus pasos
Tu marcha puede afectar tu estado de ánimo, según muestra una nueva investigación canadiense. A los participantes del estudio se les mostró una lista con palabras positivas (“bonita”) y negativas (“asustada”) luego se les pidió que caminaran en una cinta de correr ya sea en un estilo deprimido: con los hombros encorvados hacia delante, los brazos colgando, o una forma más optimista.
Los panelistas agachados recordaron muchas más palabras negativas que aquellos que tenían un ritmo más feliz. Incluso si no tienes ganas de saltar, considera el axioma “fingir hasta que lo logres”.
Planifica lo mejor para el final
De acuerdo con Jaime Kurtz, PhD, profesor asociado de psicología de la Universidad James Madison en PsychologyToday.com, una semana en un hotel de lujo puede sentirse bastante normal. Si guardas algo especial para el final de un viaje, “te da el beneficio de anticipación”, escribe ella.
“Saber que tu última noche de vacaciones se pasará en un hotel de lujo te dará algo que esperar, incluso cuando tu viaje se acerca a su fin y tu regreso a la vida cotidiana comienza a deprimirte”. Además, las personas tienden a evaluar experiencias como vacaciones tanto por sus puntos altos emocionales como por sus finales.
Así que incluso si la mayoría de las vacaciones fueron mediocres, un maravilloso resumen puede ayudarte a recordar el viaje desde una perspectiva más positiva.
Toma un descanso de tu comida favorita
Un estudio en la revista Social, Psychological, y Personality Science descubrió que pasar unas semanas sin una comida que nos guste mucho, ya sea helado de chocolate o coles de Bruselas, puede ayudarte a disfrutar más.
Levanta el pincel
Aprovechar tu lado artístico puede aumentar tu capacidad para defenderte del estrés. Según una nueva investigación reportada por Prevention, los adultos recién retirados que pintarían o dibujarían una vez a la semana durante 10 semanas mostraron una mayor capacidad de recuperación mental (por ejemplo, no atacar a tu conyuge sin razón o impacientarte durante el tráfico).
“Crear arte visual mejora las conexiones entre las regiones de cerebro asociadas con la resiliencia, probablemente porque es una actividad que requiere la integración de habilidades cognitivas, motoras y creativas”, informó la revista.
Tomado de rd. com 10 Surprising Tricks to Be Happier (Without Really Trying)
