El 11 de diciembre de 2016, menos de un año después de haber llegado a Canadá, una familia de Halifax recibió la llamada telefónica que tanto esperaba: había un riñón disponible para su hija mayor, Viyan, de 14 años.
Tras escapar de la guerra en Siria y sobrevivir sin atención médica adecuada en Turquía, los Ali (Basheer, Nareen y sus cuatro hijos) migraron a este país en busca de una nueva vida y una mejor atención médica para sus hijas mayores, quienes llevaban dos años padeciendo insuficiencia renal aguda.
Cuatro días después de la operación de Viyan, la familia recibió otra llamada milagrosa. Esta vez fue la noticia de que había un riñón compatible para Zeen, de 11 años, cuya cirugía se programó para el 16 de diciembre. Cuando Nareen levantó el teléfono, quedó atónita.
“Pensé que pasaría mucho tiempo antes de que esto sucediera”, recuerda con emoción. “Fue una gran sorpresa”.
Las intervenciones se realizaron en el Centro de Salud IWK, en Halifax, donde ya se habían hecho trasplantes renales en hermanos, aunque jamás una tras otra y en un lapso tan corto.
Las niñas pasaron un mes convalecientes en el hospital, periodo durante el cual su madre tuvo que dividirse entre las habitaciones contiguas. Desde entonces, han regresado a la escuela de tiempo completo donde Viyan disfruta de las clases de arte y Zeen participa en la banda musical. Nareen comenta que la familia está agradecida por toda la ayuda que ha recibido de su comunidad en Halifax.
